Trasplante de tejido ovárico en síndrome de Turner: un avance que cambia vidas
 
			Imagina esto: Naces con una condición genética poco común llamada síndrome de Turner que no afecta tu inteligencia ni tus ganas de vivir, pero trae consigo desafíos que pueden ser abrumadores. Uno de los más duros: tus ovarios no funcionan como deberían. Desde niña te dicen que, probablemente, no podrás ser madre de manera natural.
Este es el camino que enfrentan muchas mujeres con síndrome de Turner, una condición genética que afecta a 1 de cada 2500 a 3000 niñas nacidas vivas. Se caracteriza por la ausencia parcial o completa de un cromosoma X y, entre otros desafíos, involucra una insuficiencia ovárica prematura, lo que limita la posibilidad de concebir desde edades muy tempranas.
Sin embargo, un reciente avance ha cambiado esta realidad. El trasplante de tejido ovárico en síndrome de Turner no solo ha demostrado que es posible restaurar la función ovárica, sino también concebir de manera natural.
Pero la ciencia, cuando se combina con determinación, puede lograr lo que parecía imposible.
¿Qué es el síndrome de Turner y cómo afecta la fertilidad?
El síndrome de Turner plantea múltiples retos para la salud, siendo la insuficiencia ovárica prematura uno de los más significativos. Esta insuficiencia ocurre porque los ovarios, en lugar de desarrollarse adecuadamente, se ven afectados por la falta parcial o total de uno de los cromosomas X.
En las mujeres con síndrome de Turner, los ovarios suelen contener menos folículos desde el principio, lo que limita la capacidad de producir óvulos. Además, estos folículos se pierden más rápido de lo habitual, lo que resulta en una pérdida temprana de la función ovárica.
Para muchas, este diagnóstico llega durante la infancia o la adolescencia, cuando la insuficiencia ovárica ya está presente o comienza a manifestarse. Durante décadas, esto significaba renunciar al sueño de ser madres biológicas.
Sin embargo, los avances en medicina reproductiva están cambiando esta realidad, y un reciente caso ha abierto una puerta a nuevas posibilidades.
El primer trasplante alogénico exitoso de tejido ovárico en síndrome de Turner
En enero de 2025, la revista Fertility & Sterility publicó un caso revolucionario: el primer trasplante de tejido ovárico alogénico en una mujer con síndrome de Turner.
El trabajo, liderado por el Dr. Sherman J. Silber y la Dra. Sierra Goldsmith del Silber Infertility Center en St. Louis, junto con colaboradores del Johns Hopkins Hospital y la Washington University School of Medicine, documenta cómo este trasplante de tejido ovárico en síndrome de Turner permitió a la paciente concebir de manera natural y dar a luz a una niña sana.
¿Qué significa “alogénico”?
Un trasplante de tejido ovárico alogénico implica el uso de tejido de otra persona, en este caso, la hermana de la paciente. Esto lo diferencia de un trasplante autólogo, en el que se utiliza el propio tejido previamente preservado.
La paciente, de 20 años, tenía un cariotipo 45,X0 no mosaico, es decir, todas sus células carecían de un cromosoma X completo, lo que suele asociarse con mayores desafíos reproductivos.
¿Qué rol desempeñan el HLA y la inmunosupresión?
El trasplante de tejido ovárico fue posible porque la paciente con sídrome de Turner y su hermana eran compatibles en HLA (un sistema que permite al cuerpo identificar qué tejidos son propios y cuáles son externos). Esto redujo significativamente el riesgo de rechazo, aunque tenían grupos sanguíneos incompatibles, lo que suponía un desafío importante.
La inmunosupresión:
Para evitar que el sistema inmunitario atacara el tejido trasplantado como si fuera una amenaza, los médicos aplicaron un protocolo avanzado de inmunosupresión. Este tratamiento disminuye temporalmente la respuesta del sistema inmunitario, permitiendo que el injerto funcionara con éxito.
Embarazo después del trasplante: un desenlace lleno de esperanza
Cinco meses después del trasplante, algo que parecía imposible comenzó a suceder: la paciente, por primera vez, empezó a menstruar regularmente, una señal clara de que su función ovárica se había restaurado.
Un año y medio más tarde, llegó la noticia que tantas veces había imaginado pero que siempre había temido inalcanzable: quedó embarazada de manera espontánea.
Tras 40 semanas de espera, llenas de emoción y esperanza, dio a luz a una niña sana. Para ella, este momento no solo marcó el fin de un largo camino lleno de incertidumbre, sino el comienzo de una nueva vida, no solo como mujer, sino también como madre.
¿Qué significa este avance para la fertilidad de mujeres con insuficiencia ovárica prematura?
Para poder tratar la azoospermia de manera adecuada, lo primero es saber con precisión qué la está causando. Aquí es donde entra en juego el proceso de diagnóstico, que comienza con una prueba fundamental llamada seminograma o espermograma, que puede incluir varias pruebas complementarias.
Autor
Francisco A. Carrera S.
Persona | Experto en Comunicación y Divulgación de la Ciencia (UAM) | Embriólogo Clínico certificado (ASEBIR) | Máster en Biología de la Reproducción Humana (IVIC) | Licenciado en Bioanálisis (UCV).
