Mutación en gen de la AMH: cuando la hormona antimülleriana engaña al laboratorio

Una mutación en el gen de la AMH puede hacer que la hormona antimülleriana no sea detectada por los tests de laboratorio, incluso cuando los ovarios funcionan normalmente.
Este tipo de alteraciones genéticas no afectan la reserva ovárica, pero pueden generar resultados falsamente bajos de AMH y diagnósticos erróneos de insuficiencia ovárica prematura.
En medicina reproductiva hay resultados que cambian el rumbo de una historia.
Por eso, cuando una analítica no encaja —una cifra que contradice la ecografía, una hormona que dice algo y el cuerpo parece decir lo contrario—, lo importante es mirar más allá de los números.
Eso fue lo que ocurrió en el caso descrito por Laura Melado Vidales, Bárbara Lawrenz, Jonalyn De Vera Edades, Ajay Kumar y Human M. Fatemi, publicado en Fertility & Sterility Reports (Vol. 5, Nº 2, 2024).
La paciente, una mujer de 33 años, presentaba un recuento de folículos antrales elevado, signo de buena reserva ovárica, pero con niveles casi indetectables de hormona antimülleriana (AMH), un marcador que, en teoría, debería mostrar lo contrario.
Una analítica desconcertante: AMH baja y ovarios con buena reserva
La paciente acudió a una clínica de fertilidad en Abu Dabi tras recibir un diagnóstico de insuficiencia ovárica prematura, basado en una AMH sérica inferior a 0,07 ng/mL según el test Beckman Coulter.
Sin embargo, su ecografía transvaginal mostraba ovarios con morfología poliquística y un recuento folicular antral de 20 folículos por ovario, una cifra que, lejos de indicar agotamiento, reflejaba una reserva excelente.
Los valores hormonales reforzaban esta discordancia: FSH y estradiol normales, inhibina B elevada (165 pg/mL) y ausencia de hiperandrogenismo. Todo apuntaba a que los ovarios funcionaban correctamente.
Ante este contraste tan marcado, el equipo médico decidió investigar más allá de la analítica.
Se realizó una secuenciación de exoma completo para estudiar el gen AMH, localizado en el cromosoma 19, que codifica la producción de la hormona antimülleriana.
El resultado fue claro: se detectó una mutación puntual homocigota en el exón 1 (c.259G>A, p.Val87Met). Este cambio sustituyó una sola letra del ADN, lo que alteró el aminoácido número 87 de la proteína (valina por metionina).
El hallazgo fue revelador.
La mutación no afectaba la función del ovario, pero sí cambiaba la estructura de la proteína justo donde los anticuerpos del test la reconocen.
En consecuencia, las pruebas comerciales de AMH no lograban detectar la hormona, aunque esta seguía presente y activa.

Cómo una mutación genética cambió el diagnóstico
Para verificar la función ovárica, la paciente realizó dos ciclos de estimulación controlada.
En el primero, con un protocolo antagonista estándar, se obtuvieron 38 ovocitos, de los cuales 22 estaban maduros (metafase II). Tras la fecundación, se desarrollaron cuatro embriones euploides, todos vitrificados con éxito.
En el segundo ciclo se recuperaron 32 ovocitos, de los cuales 26 se vitrificaron.
La respuesta fue excelente y no presentó signos de hiperestimulación, confirmando que sus ovarios eran plenamente funcionales.
Es decir, el problema no estaba en la reserva ovárica, sino en la detección inmunológica: la hormona estaba allí, pero el test no la veía.
La función real de la hormona antimülleriana
La hormona antimülleriana (AMH) es producida por las células de los folículos ováricos y refleja la cantidad de óvulos en crecimiento en cada momento.
Es una herramienta esencial para valorar la reserva ovárica y planificar tratamientos de fertilidad como la fecundación in vitro.
Sin embargo, este caso demuestra que, aunque la AMH suele correlacionarse con el recuento folicular, no siempre dice toda la verdad.
Algunas mutaciones genéticas pueden alterar la forma de la proteína, impidiendo que los tests la reconozcan correctamente y provocando niveles falsamente bajos.
Mirar más allá de un número
Este caso aporta una lección poderosa: ninguna hormona, por sí sola, debe dictar un diagnóstico.
La AMH es una guía valiosa, pero su interpretación debe hacerse siempre en contexto, junto a otros marcadores y con una mirada clínica global.
También subraya la importancia de la genética en la medicina reproductiva moderna.
Una simple mutación —una sola letra del ADN— puede cambiar el significado de una prueba, evitar diagnósticos erróneos y abrir nuevas vías para personalizar los tratamientos.
En fertilidad, entender lo que los genes cuentan puede ser la diferencia entre cerrar una puerta o encontrar una nueva.
Preguntas frecuentes sobre el gen AMH y la hormona antimülleriana
¿Qué es la hormona antimülleriana (AMH)?
La AMH es una hormona producida por las células de los folículos ováricos. Sirve para estimar la reserva ovárica y ayuda a los especialistas a planificar tratamientos de fertilidad como la FIV.
¿Por qué puede haber una AMH baja si la ecografía muestra buena reserva ovárica?
En algunos casos, la AMH puede aparecer muy baja por variantes genéticas que alteran su estructura. Esto impide que los anticuerpos de los tests la reconozcan correctamente, aunque la hormona esté presente y el ovario funcione bien.
¿Qué descubrieron los investigadores en este caso?
El equipo de la Dra. Laura Melado identificó una mutación homocigota en el gen AMH (c.259G>A, p.Val87Met). Este cambio no afectaba la función del ovario, pero sí impedía la detección de la hormona en los análisis de sangre.
¿Cómo se comprobó que la función ovárica era normal?
La paciente realizó dos ciclos de estimulación ovárica, obteniendo un número elevado de óvulos maduros y embriones euploides. Esto confirmó que la reserva ovárica era buena y que la baja AMH era un error de detección, no de función.
¿Qué recomienda este estudio a los especialistas y pacientes?
Interpretar la AMH siempre en contexto, junto con otros marcadores como el recuento folicular antral, la inhibina B y la ecografía. Si los resultados son contradictorios, conviene considerar un estudio genético del gen AMH para evitar diagnósticos erróneos.
¿Qué significa esto para las mujeres con AMH baja?
Una AMH baja no siempre implica infertilidad. En casos concretos, puede deberse a diferencias genéticas individuales o a factores técnicos. Por eso, la valoración clínica completa y personalizada es esencial para tomar decisiones seguras y realistas.
Autor
Francisco Carrera
Persona | Experto en Comunicación y Divulgación de la Ciencia (UAM) | Embriólogo Clínico certificado (ASEBIR) | Máster en Biología de la Reproducción Humana (IVIC) | Licenciado en Bioanálisis (UCV).