Cuando el embarazo se pierde una y otra vez: lo que la ciencia empieza a entender

Perdida recurrente de embarazo inmunología
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Hay preguntas que duelen solo con pensarlas.
¿Por qué ha vuelto a pasar? ¿Hemos hecho algo mal? ¿Qué más podemos mirar?

Las personas que han vivido más de una pérdida gestacional no necesitan definiciones clínicas.

Necesitan respuestas, contención y, a veces, solo que alguien ponga en palabras lo que cuesta tanto explicar.

La pérdida recurrente de embarazo, también conocida como RPL, es una de las experiencias más complejas y desgarradoras dentro del camino reproductivo.


No es solo una cuestión médica: es también una carga emocional, un duelo repetido, una montaña de dudas que muchas veces nadie sabe cómo ordenar.

¿Qué entendemos por pérdida recurrente?

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Aunque no hay una definición única en todos los países, en general se considera pérdida recurrente cuando ocurren dos o más abortos espontáneos consecutivos.


Afecta aproximadamente al 2,5 % de las mujeres gestantes, y lo más desconcertante es que en casi la mitad de los casos no se llega a encontrar una causa clara.

Ese “no sabemos” es una de las respuestas más duras de escuchar.


Porque implica seguir adelante sin certezas, con miedo al siguiente intento y con la sensación de que el cuerpo —o algo dentro de él— no está respondiendo como debería.

Una nueva mirada: la inmunología reproductiva

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Uno de los caminos de investigación más activos en los últimos años ha sido el del sistema inmunológico. Y no porque haya algo que esté “rechazando” el embarazo, como a veces se simplifica.


Sino porque hay una comunicación extremadamente compleja entre la madre y el embrión, incluso antes de la implantación. Una especie de diálogo molecular que, cuando no fluye, puede terminar en una pérdida gestacional.

Un reciente artículo publicado en Journal of Clinical Medicine por Isabel Cuadrado Torroglosa, Juan A. García Velasco y Diana Alecsandru revisa justamente este tema.

El estudio analiza cómo la compatibilidad inmunológica entre madre y embrión podría estar implicada en algunas pérdidas recurrentes.

¿Qué papel juegan las células NK uterinas?

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Una de las líneas más relevantes del estudio se centra en unas células del sistema inmunitario llamadas células NK uterinas (Natural Killer). A pesar de su nombre, su función en el embarazo no es destructiva: son esenciales para que la implantación ocurra en condiciones adecuadas.

Estas células se acumulan en el útero durante la ventana de implantación, y su misión es facilitar el proceso: ayudan a remodelar los vasos sanguíneos del endometrio y crean el entorno necesario para que el embrión se implante y se forme la placenta.

También contribuyen a que el sistema inmunológico materno reconozca al embrión —que no es 100 % propio— sin atacarlo.

¿Cómo se comunican con el embrión? A través de un diálogo molecular entre dos componentes:

• Los receptores KIR que tienen estas células en la madre.

• Y las moléculas HLA-C que expresa el embrión (heredadas del padre o de la donante).

El estudio destaca que algunas combinaciones específicas —como el genotipo KIR AA materno con un embrión que expresa HLA-C2— pueden dificultar esa interacción, aumentar la inflamación o interferir en la formación de la placenta. Esto podría elevar el riesgo de pérdida gestacional, aunque no se trata de una causa única ni definitiva.

¿Y qué se puede hacer con esta información?

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Lo primero: tener prudencia.
Aunque se trata de una línea de investigación prometedora, aún no hay suficiente evidencia para indicar inmunoterapias sistemáticas.

Los autores advierten sobre algunos tratamientos que se ofrecen sin base sólida y recuerdan que la medicina debe avanzar con rigor, no con urgencia.

Lo que sí se plantea como futuro posible es personalizar algunas decisiones clínicas. Por ejemplo, en pacientes con un patrón inmunológico específico, podría tener sentido en considerar el HLA-C al elegir una donante, o valorar la transferencia única de embriones en determinados casos.

Pero por ahora, lo más importante es seguir investigando y, sobre todo, identificar a las pacientes que realmente podrían beneficiarse de este tipo de análisis.

Porque detrás de cada pérdida… hay mucho más que biología

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Cada pérdida es una historia. A veces silenciosa, a veces compartida. A veces clínica, a veces simbólica.


Y cuando se repite, la herida no se multiplica: se profundiza. Por eso, entender lo que la ciencia está descubriendo no es solo una cuestión de datos.

Es una forma de dar sentido, de nombrar lo que antes era invisible y de construir futuro desde la evidencia.

En Fertinotas, creemos que las personas que han pasado por una pérdida gestacional merecen algo más que un “ya lo superarás”.

Merecen información clara.

Y merecen un espacio donde su historia no se minimice, ni se catalogue como “caso difícil”, sino como una experiencia humana profunda que aún estamos aprendiendo a acompañar mejor.

Autor

Francisco Carrera

Persona | Experto en Comunicación y Divulgación de la Ciencia (UAM) | Embriólogo Clínico certificado (ASEBIR) | Máster en Biología de la Reproducción Humana (IVIC) | Licenciado en Bioanálisis (UCV).

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