Náuseas en el embarazo: por qué ocurren y cómo aliviarlas

Mujer embarazada inclinada en el baño con sensación de náuseas, imagen representativa del malestar del primer trimestre del embarazo.
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Hay días en los que el embarazo se presenta con una mezcla de ilusión y desconcierto. Las náuseas llegan sin aviso, trastocan rutinas y, en ocasiones, empañan la alegría de un momento esperado. No son un signo de debilidad ni una cuestión de resistencia: reflejan un cuerpo que se adapta con rapidez a una nueva realidad biológica.

Comprender lo que ocurre ayuda a sobrellevarlo con más calma. Este artículo ofrece una guía clara y basada en evidencia sobre las náuseas del embarazo: por qué aparecen, cuánto suelen durar y qué medidas —sencillas, seguras y reales— pueden aliviar el malestar. Sin falsas promesas ni lenguaje técnico innecesario, con el tono sereno y el respeto que merece cada experiencia.

Un síntoma tan común como poco comprendido

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Casi todas las mujeres embarazadas —alrededor del 80 %, según el American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG) y la guía europea Green-top 69 del Royal College of Obstetricians and Gynaecologists (RCOG, 2024)— sienten náuseas en algún momento del primer trimestre.

En la mayoría de los casos son leves y pasajeras, aunque pueden afectar al apetito, al descanso o al ánimo. Solo un pequeño porcentaje (en torno al 0,5 %) desarrolla hiperémesis gravídica, una forma más intensa que requiere control médico e incluso, en algunos casos, ingreso hospitalario para mantener la hidratación.

Saber por qué ocurren y qué puede hacerse para aliviarlas ayuda a recuperar la sensación de control y a sobrellevar estos días con más calma y confianza.

Ilustración médica que muestra la ubicación del centro del vómito en el cerebro y los factores hormonales y sensoriales que causan las náuseas del embarazo.

Por qué aparecen las náuseas del embarazo

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Durante las primeras semanas, el cuerpo se reorganiza por completo para sostener la gestación.

La placenta, recién formada, empieza a producir grandes cantidades de una hormona llamada gonadotropina coriónica humana (hCG), responsable de mantener el embarazo en sus inicios.

Este rápido aumento, junto con el ascenso de los estrógenos, afecta a una zona del cerebro llamada centro del vómito, encargada de regular las respuestas digestivas y de sensibilidad a los olores.

El resultado es un sistema más reactivo: olores antes neutros (como el del café o la pasta de dientes) pueden volverse desagradables, y el estómago parece responder a cualquier estímulo con una mezcla de rechazo y náusea.

No es un fenómeno psicológico ni un signo de debilidad. Es una respuesta fisiológica normal del organismo a la adaptación hormonal.

Además, se ha visto que las náuseas tienden a ser más intensas en embarazos múltiples, en mujeres con antecedentes de náuseas severas en gestaciones previas o con mayor sensibilidad vestibular (por ejemplo, quienes se marean con facilidad al viajar o sufren migrañas).

En la mayoría de los casos, el malestar disminuye espontáneamente cuando el cuerpo alcanza un nuevo equilibrio hormonal.

Cuándo empiezan y cuánto duran las náuseas del embarazo

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Lo habitual es que aparezcan entre las semanas 4 y 9, coincidiendo con el aumento de la hCG, y alcancen su máximo entre la semana 7 y la 12.

A partir de ese momento, suelen mejorar progresivamente y desaparecer hacia la semana 16, cuando el cuerpo ya se ha acostumbrado al embarazo.

En casos más severos, como la hiperémesis gravídica, los síntomas pueden prolongarse hasta después de la semana 20, aunque con tratamiento médico adecuado suelen remitir de forma gradual.

Conocer este patrón y su límite temporal ayuda a poner en contexto los síntomas y a saber cuándo es momento de pedir ayuda.

 

 

Infografía con recomendaciones para aliviar las náuseas del embarazo: comidas ligeras, hidratación a sorbos, descanso y control de olores.

Cómo aliviar las nauseas: algunas medidas

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Las guías internacionales recomiendan abordar las náuseas de forma escalonada:

primero con ajustes en el estilo de vida, luego con suplementos o tratamientos seguros, y solo si es necesario, con fármacos prescritos bajo control médico.

Adaptaciones cotidianas para reducir las náuseas del embarazo

Comer cada pocas horas ayuda a mantener el estómago activo y evita el vacío gástrico, uno de los principales desencadenantes del malestar. Tomar algo seco —como una galleta sencilla o una tostada— antes de levantarse por la mañana puede prevenir las náuseas matutinas.

Proteínas de fácil digestión en cada toma.

Alimentos como el yogur, el huevo cocido o el pescado blanco aportan proteínas ligeras que ayudan a estabilizar el azúcar en sangre y reducen la sensación de vacío.

Hidratación constante y gradual.

El agua fría, las infusiones suaves o los cubitos de hielo se toleran mejor que los grandes volúmenes ingeridos de golpe. Lo importante es mantener una ingesta continua, aunque sea a sorbos.

Evita los estímulos que las agravan.

Ventilar la cocina antes de cocinar, evitar olores fuertes o fritos, y procurar descansar bien son medidas simples pero eficaces.

Estas estrategias, avaladas por las guías de la RCOG (2024), son el primer paso del tratamiento y, bien aplicadas, mejoran significativamente el bienestar diario.

 

Tratamientos para las náuseas del embarazo con respaldo clínico

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Cuando las medidas dietéticas no bastan, el tratamiento debe ser personalizado y supervisado por el equipo médico.

Las guías clínicas coinciden en el siguiente orden de intervención:

•   Vitamina B6 (piridoxina).

Es la primera línea terapéutica. Esta vitamina participa en numerosos procesos metabólicos y ha demostrado reducir la intensidad de las náuseas en ensayos clínicos.

Las dosis habituales se sitúan entre 10 y 25 mg cada 8–12 horas, siempre bajo indicación profesional. Su perfil de seguridad durante el embarazo es excelente.

•  Combinación de doxilamina y B6.

Cuando la vitamina B6 sola no es suficiente, puede añadirse doxilamina, un antihistamínico de acción suave.

Las guías del RCOG y del ACOG la consideran segura y eficaz, con un perfil comparable al placebo en dosis controladas.

•  Antieméticos de segunda línea.

En casos moderados o graves, el especialista puede indicar metoclopramida u ondansetrón.

Los estudios de gran tamaño, incluidos análisis publicados en JAMA, no muestran un aumento significativo de malformaciones, aunque se describe un riesgo ligeramente mayor de hendiduras orales cuando se usa en el primer trimestre (unos tres casos más por cada 10.000).

Por ello, su uso se reserva a situaciones donde los beneficios superan claramente los riesgos.

•  Jengibre: evidencia moderada.

El jengibre puede aliviar la náusea leve y se considera seguro en cantidades moderadas (infusión o cápsulas estandarizadas).

Los meta-análisis coinciden en que mejora el síntoma, aunque su efecto sobre el vómito es variable.

Si se toman otros suplementos o medicación, es recomendable consultarlo previamente.

Recuerda: la automedicación no es aconsejable durante el embarazo. Cualquier suplemento o tratamiento debe estar indicado y supervisado por un profesional.

 

Un ejemplo de alimentación práctica para aliviar las náuseas del embarazo

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Organizar las comidas puede marcar una diferencia notable en cómo se viven las náuseas. No se trata de una dieta cerrada, sino de escuchar al cuerpo y elegir alimentos que resulten amables para el estómago.

Desayuno en dos tiempos.
Antes de levantarte, toma algo seco como una galleta sencilla o una tostada. Espera unos minutos y luego completa con un desayuno ligero: por ejemplo, un yogur, un poco de pan con queso fresco o un vaso pequeño de leche templada.
Evita los olores fuertes del café o los zumos ácidos si te resultan desagradables.

A media mañana.
Elige una opción de textura blanda y sabor neutro, como una compota de manzana, un plátano maduro o unas tostadas suaves. La clave es mantener el estómago con algo de alimento para evitar el vacío gástrico.

Comida principal.
Las preparaciones templadas y suaves suelen tolerarse mejor que los platos muy calientes o muy fríos. Una crema de calabacín o zanahoria con un poco de arroz y pescado blanco al vapor puede sentar bien. También es buena opción un puré de patata con huevo cocido o pollo desmenuzado.

Merienda y cena.
Opta por comidas ligeras, sin salsas ni fritos. Por la noche, prueba con un puré de verduras, una tortilla francesa o pescado blanco con verduras al vapor. Evita los platos con especias o grasas que prolonguen la digestión.

Durante el día.
Mantén la hidratación con agua fría, infusiones suaves (como manzanilla o rooibos) o incluso cubitos de hielo. Beber a sorbos pequeños suele ser más tolerable que tomar grandes cantidades de una vez.

Lo importante no es comer más, sino mantener un equilibrio constante que ayude al sistema digestivo a adaptarse. Cada cuerpo tiene su propio ritmo: identificar los alimentos que sientan bien es parte del proceso.

Náuseas del embarazo: cuándo preocuparse y cuándo acudir al médico

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Conviene consultar al médico si:

•   Los vómitos son persistentes y no permiten retener líquidos.

•   Se pierde más del 5 % del peso corporal previo al embarazo.

•   Aparecen signos de deshidratación, como orina oscura, mareo o debilidad.

Podría tratarse de hiperémesis gravídica, una forma más severa que puede requerir hidratación intravenosa y control hospitalario.

Las guías Green-top 69 (RCOG, 2024) y SOMANZ (2020) recomiendan actuar pronto para prevenir complicaciones metabólicas y nutricionales.

Mitos frecuentes sobre las náuseas del embarazo

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“Hay que comer por dos.”
No es cierto. Durante el embarazo no se necesita comer más, sino alimentarse mejor.

El objetivo es mantener una nutrición equilibrada, con comidas pequeñas y frecuentes que aporten energía de forma constante. La calidad de los alimentos y la regularidad de las tomas son mucho más importantes que la cantidad.

 

“Existen trucos infalibles para quitarlas.”
Tampoco. Aunque algunos remedios caseros se transmiten de generación en generación, la mayoría no tienen evidencia científica que los respalde y, en ocasiones, pueden empeorar los síntomas.

Las recomendaciones efectivas se basan en estudios clínicos: fraccionar las comidas, mantenerse hidratada y, si es necesario, emplear medidas farmacológicas seguras bajo control médico.

 

“Cuantas más náuseas, mejor va el embarazo.”
Es un mito frecuente, pero la intensidad de las náuseas no guarda relación con la evolución del embarazo.

Algunas mujeres apenas las notan y otras las sufren con mayor intensidad, sin que ello implique diferencias en el desarrollo fetal. Cada cuerpo tiene su propio ritmo de adaptación a los cambios hormonales del primer trimestre.

Preguntas frecuentes sobre nauseas en el embarazo

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¿Cuándo suelen empezar las náuseas?

Por lo general aparecen entre las semanas 4 y 9 de embarazo, coincidiendo con el inicio de la producción hormonal placentaria.
Suelen intensificarse hacia las semanas 7 a 12 y, en la mayoría de los casos, mejoran progresivamente alrededor de la semana 16, cuando el organismo se adapta al nuevo equilibrio hormonal.

 

¿Qué conviene comer cuando aparecen?

La tolerancia varía según cada persona, pero en general ayudan las raciones pequeñas y frecuentes, con texturas suaves y temperatura templada.
Incorporar proteínas ligeras (como yogur, huevo cocido o pescado blanco) contribuye a estabilizar la glucosa y reducir la sensación de vacío gástrico.
Evita los fritos, alimentos muy grasos o picantes, y los olores intensos, que pueden agravar el malestar.

 

¿El jengibre es realmente útil y seguro?

Sí, el jengibre ha mostrado un efecto moderado en la reducción de la náusea, aunque su eficacia sobre el vómito es variable.
Puede tomarse en infusión, cápsula estandarizada o pequeños trozos cristalizados, siempre en cantidades moderadas.
Si estás tomando otros suplementos o medicación, coméntalo antes con tu profesional sanitario para evitar interacciones.

 

¿Cuándo conviene acudir al médico?

Si las náuseas o los vómitos son persistentes hasta el punto de impedir la hidratación o la alimentación, si notas mareos, debilidad, pérdida de peso o la orina se vuelve muy oscura, es importante consultar de forma preferente.
Podría tratarse de una hiperémesis gravídica, una forma más intensa de náuseas del embarazo que requiere valoración y tratamiento médico.

 

Entender las náuseas del embarazo ayuda a sobrellevarlas mejor

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Las náuseas son un síntoma normal pero molesto del embarazo. Entender por qué ocurren y saber qué opciones existen permite afrontarlas con serenidad.

El cuerpo está haciendo un esfuerzo extraordinario: tu sistema digestivo, hormonal y nervioso se están adaptando a una nueva vida.

Cuidarte, descansar y pedir ayuda cuando lo necesites no solo mejora tus síntomas: también te ayuda a vivir el embarazo con más confianza y bienestar.

 

Autor

Francisco A. Carrera S.

Persona | Experto en Comunicación y Divulgación de la Ciencia (UAM) | Embriólogo Clínico certificado (ASEBIR) | Máster en Biología de la Reproducción Humana (IVIC) | Licenciado en Bioanálisis (UCV).

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