Congelación de espermatozoides: qué es, cuándo se recomienda y qué resultados ofrece

Hombre joven entregando una muestra de semen en el laboratorio para su congelación
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A veces, la pregunta llega de golpe: “¿Quieres congelar una muestra de esperma por si acaso?”

Puede surgir antes de una cirugía, al iniciar un tratamiento oncológico, o como parte de un proceso de reproducción asistida. Otras veces, es una decisión más pausada, ligada a la edad, a un cambio de vida o al deseo de preservar opciones sin presión.

La congelación de espermatozoides —o criopreservación de semen— es una herramienta cada vez más habitual en salud reproductiva masculina. Ya no se limita a los casos extremos. Hoy forma parte de estrategias clínicas, personales y de pareja, desde la preservación a largo plazo por razones sociales hasta la sincronización de tratamientos o la conservación de espermatozoides recuperados quirúrgicamente.

Cada decisión sobre la fertilidad se toma mejor cuando se entiende bien lo que hay detrás. Por eso, en este artículo abordamos el proceso de congelación de espermatozoides con un enfoque cercano y basado en la evidencia. Porque en un tema tan personal, contar con información fiable no solo orienta, también da tranquilidad.

¿Qué es la congelación de espermatozoides?

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Es una técnica médica que permite conservar espermatozoides a muy baja temperatura, habitualmente –196°C, para mantener su capacidad fecundante durante años. Se utiliza para preservar la fertilidad masculina en casos médicos o por decisión personal.

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La congelación de espermatozoides, también conocida como criopreservación de espermatozoides, es una técnica médica que permite conservar células reproductivas masculinas (espermatozoides) a temperaturas extremadamente bajas —habitualmente en nitrógeno líquido a -196 °C— durante un periodo indefinido. Esto significa que, aunque pasen años, los espermatozoides pueden mantenerse viables y conservar su capacidad de fecundar.

Se trata de un procedimiento seguro, eficaz y bien establecido dentro de la medicina reproductiva. De hecho, lleva usándose con éxito desde hace décadas, tanto en tratamientos de fecundación in vitro (FIV) como en inseminaciones artificiales o técnicas más específicas como la ICSI (inyección intracitoplasmática de espermatozoides).

Cuando la muestra se ha obtenido y procesado correctamente —y la calidad inicial del semen es adecuada—, los resultados clínicos tras la descongelación son muy similares a los del semen fresco. Esto convierte la congelación en una herramienta clave para preservar la fertilidad masculina, tanto en situaciones médicas urgentes como en decisiones planificadas por motivos personales, laborales o de pareja.

 

Infografía sobre cuándo se recomienda congelar esperma por motivos médicos o personales

¿Cuándo se recomienda congelar semen?

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La preservación de la fertilidad masculina mediante congelación de espermatozoides puede ser útil en múltiples situaciones, tanto médicas como personales. No siempre se trata de una urgencia, a veces es una decisión previsora que permite ganar tranquilidad para el futuro.

Algunos de los escenarios más frecuentes son:

•  Antes de tratamientos médicos

Que puedan dañar la fertilidad, como la quimioterapia, la radioterapia o determinadas intervenciones quirúrgicas. En estos casos, congelar semen permite conservar la posibilidad de tener hijos tras superar la enfermedad.

 

• Antes de una vasectomía

Por si en algún momento se reconsidera la decisión y se desea volver a ser padre, sin necesidad de recurrir a cirugías de reversión.

 

• En diagnósticos de oligozoospermia severa

Cuando se prevé un empeoramiento progresivo que podría dificultar o impedir una recogida futura viable.

 

• Durante tratamientos de reproducción asistida

Especialmente cuando se busca evitar imprevistos el día de la inseminación o de la punción ovárica de la pareja. Contar con una muestra congelada puede reducir el estrés logístico y emocional.

 

• Por motivos personales o laborales

Como viajes prolongados, trabajos de riesgo (por ejemplo, exposición a tóxicos, radiación o altas temperaturas), o decisiones conscientes de posponer la paternidad.

 

• En el caso de hombres trans

Se recomienda valorar la congelación antes de iniciar tratamientos hormonales o cirugías que puedan comprometer la producción de esperma.

¿Cómo se realiza el proceso de congelación de espermatozoides?

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La congelación de espermatozoides es un procedimiento sencillo, rápido y prácticamente indoloro. En la mayoría de los casos, todo se resuelve en cuestión de horas y sin necesidad de anestesia ni intervenciones complejas. Los pasos habituales son:

Analítica serológica previa

Antes de procesar la muestra, se realiza una analítica de sangre al paciente para descartar infecciones transmisibles como VIH, hepatitis B o C y sífilis. Esta prueba es obligatoria y se hace por razones de bioseguridad: permite clasificar la muestra y decidir si debe almacenarse en condiciones especiales, evitando riesgos de contaminación cruzada en el banco de semen.

 Recogida de la muestra

Se obtiene generalmente mediante masturbación en una sala privada del laboratorio, tras un periodo de abstinencia sexual de entre 2 y 5 días. El entorno está diseñado para preservar la intimidad y la comodidad del paciente.

En casos especiales —como obstrucción de conductos o imposibilidad de eyacular—, puede obtenerse directamente del epidídimo o el testículo mediante una punción o aspiración, realizadas por un especialista.

Análisis del semen

El laboratorio evalúa la calidad de la muestra,  la concentración de espermatozoides, movilidad y morfología. Estos parámetros ayudan a decidir cuántas pajuelas conservar, si es necesario repetir la recogida, y qué técnicas reproductivas serían más adecuadas en caso de uso posterior.

Firma del consentimiento informado

Si el análisis confirma la presencia de espermatozoides, el siguiente paso es firmar el consentimiento informado y la documentación legal correspondiente. Este documento autoriza el almacenamiento de la muestra, define su uso en vida y, si se desea, permite decidir qué hacer con ella en caso de fallecimiento del paciente. En España, la legislación exige que todo esto quede registrado de forma clara y voluntaria.

Preparación con crioprotectores

Antes de congelar, se añaden crioprotectores, unas sustancias que actúan como escudos celulares. Su función es evitar que el frío extremo dañe a los espermatozoides.

Durante la congelación, el agua forma cristales de hielo que pueden perforar las células como si fueran cuchillas microscópicas. Los crioprotectores —como el glicerol— modifican este proceso, impidiendo que los cristales crezcan o se formen, y además equilibran la concentración interna de líquidos, protegiendo la integridad del ADN.

Gracias a ellos, los espermatozoides pueden sobrevivir al proceso de congelación y conservar su capacidad fecundante.

Almacenamiento en nitrógeno líquido

Finalmente, la muestra se divide en pequeños tubos llamados criotubos o pajuelas, y se almacena a –196 °C en tanques de nitrógeno líquido. En estas condiciones, la fertilidad puede mantenerse durante años o incluso décadas, siempre que se realicen controles periódicos.

Los bancos de semen cumplen protocolos estrictos de trazabilidad, identificación y bioseguridad, para garantizar la calidad y seguridad de cada muestra.

 

Infografía del proceso de congelación de esperma con recogida, análisis, crioprotectores y almacenamiento

¿Qué eficacia tiene la congelación de esperma?

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Los avances en criopreservación han hecho que la congelación de semen sea una técnica segura y fiable. Una vez descongeladas, entre el 50 % y el 80 % de las células espermáticas sobreviven al proceso, aunque este porcentaje varía en función de dos factores clave:

•  La calidad inicial del semen, y

•  La técnica de congelación utilizada (convencional o ultrarrápida).

A pesar de esta pérdida parcial, la mayoría de los tratamientos de reproducción asistida con esperma congelado logran tasas de embarazo comparables a las del esperma fresco, especialmente cuando se recurre a técnicas como la ICSI (inyección intracitoplasmática de espermatozoides).

En este procedimiento, se selecciona un solo espermatozoide viable para fecundar directamente cada óvulo, lo que permite optimizar el uso de muestras de menor calidad.

Un estudio retrospectivo publicado en Frontiers in Reproductive Health (2023) analizó más de 5.000 ciclos de inseminación intrauterina con semen fresco y semen criopreservado. Los resultados mostraron que las tasas de embarazo clínico y de nacidos vivos fueron similares en ambos grupos, siempre que se aplicaran protocolos adecuados de selección y uso del esperma descongelado.

¿Durante cuánto tiempo puede conservarse el esperma?

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Desde el punto de vista técnico, el esperma puede mantenerse congelado durante décadas sin que pierda su viabilidad, siempre que se conserven las condiciones adecuadas. La criopreservación se realiza en tanques de nitrógeno líquido a –196 °C, lo que detiene por completo la actividad celular. En este entorno, los espermatozoides no envejecen ni se deterioran con el paso del tiempo.

De hecho, se han documentado embarazos con muestras congeladas más de 20 años atrás, lo que demuestra la estabilidad del proceso a largo plazo.

En cuanto al marco legal, la legislación española no establece un límite máximo de tiempo para mantener el semen congelado. No obstante, los centros de reproducción asistida suelen establecer convenios de conservación que se renuevan anualmente con el consentimiento del paciente.

Durante este tiempo, se llevan a cabo controles periódicos de calidad y trazabilidad, para garantizar que las condiciones de almacenamiento se mantienen intactas.

Una decisión que da tiempo, opciones y tranquilidad

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La congelación de espermatozoides ya no es una medida excepcional, sino una herramienta cotidiana y estratégica para preservar la fertilidad masculina. Su eficacia está demostrada, el procedimiento es sencillo y la tecnología permite conservar la capacidad reproductiva durante décadas.

Congelar a tiempo puede marcar la diferencia. No siempre se trata de una urgencia, a veces es una decisión serena, tomada para tener margen, libertad y tranquilidad. Porque cuando se trata de construir un proyecto de vida —en pareja, en solitario o en diferido—, disponer de opciones no es un lujo, es parte del cuidado personal y reproductivo.

Preguntas frecuentes sobre congelación de semen

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¿Congelar esperma reduce su calidad?

No significativamente. Es posible que disminuya algo la movilidad, pero los espermatozoides que sobreviven mantienen su capacidad fecundante, sobre todo si se seleccionan bien en el laboratorio.

¿Puede hacerse en cualquier clínica?

No. Solo los centros autorizados con banco de semen y condiciones de criopreservación controladas pueden garantizar la seguridad y trazabilidad del proceso.

¿Cuánto cuesta congelar esperma en España?

El precio inicial suele oscilar entre 200 y 500 €, más una cuota de mantenimiento anual (aproximadamente 100–200 €).

¿Es útil si tengo pocos espermatozoides?

Sí. En casos de oligozoospermia (poca cantidad) o deterioro progresivo, congelar lo antes posible puede evitar la pérdida total de fertilidad.

¿Qué ocurre si fallezco?

En España, el uso póstumo del semen solo está permitido si el varón dejó constancia escrita de su voluntad. De lo contrario, la muestra no puede utilizarse legalmente.

Autor

Francisco A. Carrera S.

Persona | Experto en Comunicación y Divulgación de la Ciencia (UAM) | Embriólogo Clínico certificado (ASEBIR) | Máster en Biología de la Reproducción Humana (IVIC) | Licenciado en Bioanálisis (UCV).

 

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