Cesárea programada: cuándo se indica y cómo se vive

Médicos realizando una cesárea programada en quirófano con la madre despierta y acompañada

Cuando el parto no será vaginal: información, decisiones y emociones

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Algunos partos no se desarrollarán por vía vaginal. No porque la madre así lo haya elegido, necesariamente, sino porque hay razones médicas que hacen que la cesárea programada sea la forma más segura de nacer.

Cuando te lo comunican, pueden surgir muchas emociones al mismo tiempo: miedo, alivio, tristeza, confusión, frustración o incluso culpa.

Es importante saber que todas son válidas. Este tipo de parto no te quita el derecho a vivir una experiencia de nacimiento profunda, digna y respetada. Lo que necesitas es información clara, un entorno de confianza y un equipo que te acompañe de verdad.

¿Qué es una cesárea programada?

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Una cesárea programada es una intervención quirúrgica planificada antes de que comience el trabajo de parto. Se realiza, por lo general, entre las semanas 38 y 39+6 de embarazo, cuando existen motivos médicos claros como presentación anómala del bebé, cesáreas anteriores o patologías que desaconsejan el parto vaginal.

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No siempre el parto empieza con contracciones. A veces, empieza con una decisión médica tomada con tiempo, reflexión y cuidado. La cesárea programada es una intervención quirúrgica que se realiza antes de que comience el trabajo de parto, cuando existen razones clínicas que hacen que esta vía sea la más segura para la madre, el bebé o ambos.

Se suele programar entre las semanas 38 y 39+6 de gestación, un momento que equilibra la madurez del bebé con la necesidad de evitar riesgos asociados al parto natural. Pero detrás del calendario y la técnica, hay mucho más: emociones, expectativas, dudas.

No es un “plan B” menor. Es una forma válida de nacer, que puede vivirse con serenidad si se cuenta con un entorno que respeta los tiempos emocionales de la madre, permite el contacto precoz con el bebé y ofrece una experiencia de nacimiento que, aunque diferente, puede ser igualmente profunda, íntima y transformadora.

Infografía sobre cuándo se indica una cesárea programada, cómo se realiza y cómo es la recuperación

¿Cuándo se indica una cesárea programada?

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Una cesárea programada no se decide a la ligera. Se recomienda cuando existen razones médicas claras que hacen que el parto vaginal no sea seguro ni para el bebé ni para la madre. Es una decisión clínica, pero también emocional, que debe estar acompañada de explicaciones comprensibles y respeto por tu vivencia.

En España, según un estudio publicado en Progresos de Obstetricia y Ginecología, las indicaciones más frecuentes son:

•  Distocia, o dificultad en el progreso del parto (aproximadamente el 20 % de los casos).

•  Sufrimiento fetal agudo, detectado en controles prenatales (~14,6 %).

•  Presentación anómala del bebé, como nalgas o posición transversa (~10,9 %).

A estas se suman otras causas médicas como placenta previa, embarazos múltiples, patologías maternas graves o cesáreas previas, especialmente si hay riesgo de complicaciones en un parto vaginal.

La clave está en que la indicación se base siempre en criterios médicos actualizados, pero también en un proceso de diálogo, donde puedas entender, preguntar y decidir con tranquilidad.

Porque incluso si no es el parto que habías imaginado, sigue siendo tu experiencia, y merece ser vivida con seguridad y acompañamiento.

¿Cómo se vive una cesárea programada?

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Una de las ventajas de la cesárea programada es que permite prepararse. Saber con antelación qué día será, cómo será el proceso y quién estará a tu lado puede darte una sensación de tranquilidad y control.

Pero es importante no restarle importancia: no es un trámite rutinario, es una cirugía abdominal mayor que merece respeto, cuidados y acompañamiento.

Ese día, lo físico y lo emocional van de la mano. El proceso suele seguir estos pasos:

•  Ingreso hospitalario unas horas antes, con preparación clínica y apoyo del equipo.

•  Colocación de monitores y administración de anestesia regional (epidural o raquídea), que permite que estés consciente y tranquila durante la intervención.

•  Intervención quirúrgica, que dura entre 30 y 60 minutos, en un entorno controlado y seguro.

•  Si todo va bien, puedes tener contacto piel con piel con tu bebé en el propio quirófano o justo después, favoreciendo el vínculo y la lactancia.

•  En pocas horas, y si no hay complicaciones, pasarás a planta junto a tu pareja o acompañante y tu recién nacido.

Aunque no se trate de un parto vaginal, también es una forma de nacer. Puedes vivirla con presencia, calma y conexión, sabiendo que el protagonismo sigue siendo tuyo, y que cada gesto del equipo busca proteger ese momento único.

¿Qué riesgos conlleva una cesárea?

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La recuperación tras una cesárea programada, cuando todo transcurre con normalidad, suele ser más gradual y previsible que la de una intervención urgente. Pero no por eso es sencilla. El cuerpo ha atravesado una cirugía mayor abdominal, y necesita tiempo, cuidados y mucha escucha.

Durante los primeros días, es habitual experimentar dolor al moverse, sensación de debilidad o cierta inseguridad física. Levantarse de la cama puede parecer una hazaña, pero dar pequeños pasos, con suavidad y acompañamiento, favorece la recuperación intestinal, previene complicaciones trombóticas y ayuda a restablecer el vínculo con el cuerpo.

La herida quirúrgica se revisa periódicamente y, si no hay incidencias, los puntos se retiran entre los 7 y 10 días. Aun así, pueden pasar semanas hasta que vuelvas a sentirte con energía, y eso es completamente normal.

En paralelo, puede iniciarse la lactancia materna, aunque a veces requiere una atención más cuidadosa. El apoyo postural, la ayuda para colocar al bebé y el acompañamiento emocional hacen una gran diferencia en esos primeros encuentros.

Y sobre todo: pide ayuda. En casa, en el hospital, emocional y físicamente. No estás sola. No tienes que poder con todo. Tu bienestar también forma parte del nacimiento de tu bebé.

En nuestro artículo sobre parto por cesárea te damos más claves prácticas y emocionales para acompañarte en este proceso.

Vivir una cesárea como una experiencia de nacimiento

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Una cesárea programada no te arrebata la posibilidad de vivir tu parto con emoción, consciencia y conexión. Aunque se trate de una intervención quirúrgica, sigue siendo el momento en que nace tu bebé… y también una parte de ti.

Cada vez más hospitales en España aplican un enfoque humanizado, que permite transformar el quirófano en un entorno más amable. Es posible, por ejemplo, elegir una música tranquila, atenuar la luz del ambiente o contar con el acompañamiento continuo de tu pareja o persona de confianza durante toda la intervención.

Muchas maternidades ya promueven el contacto piel con piel inmediato, incluso dentro del quirófano, siempre que el estado del bebé y la madre lo permitan. Este simple gesto tiene un valor inmenso: favorece el vínculo, regula la temperatura del recién nacido y potencia el inicio de la lactancia.

Además, el equipo puede explicarte en todo momento lo que está ocurriendo, responder tus dudas y respetar tus tiempos. Que tú te sientas escuchada y presente no es un detalle: es una forma de cuidado.

Porque incluso en una cesárea, el parto puede vivirse desde la presencia, la dignidad y el respeto profundo por tu experiencia.

Autor

Francisco A. Carrera S.

Persona | Experto en Comunicación y Divulgación de la Ciencia (UAM) | Embriólogo Clínico certificado (ASEBIR) | Máster en Biología de la Reproducción Humana (IVIC) | Licenciado en Bioanálisis (UCV).

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