Cuando la ciencia se pregunta: ¿y si la fertilidad también estuviera cambiando por dentro?
 
			Imagínate una gran sala de reuniones. No hay micrófonos ni titulares, solo un grupo de investigadores de diferentes países que deciden alzar la voz para decir algo incómodo: “hay un cambio silencioso en la fertilidad humana y aún no sabemos por qué”.
Así arranca la carta publicada en The Lancet por Niels E. Skakkebaek, Lærke Priskorn, Anna-Maria Andersson, David Møbjerg Kristensen y otros colegas, que ponen sobre la mesa una idea que cambia el enfoque: quizá no todo se explique por motivos sociales o económicos… y tal vez haya también causas biológicas que no estamos viendo.
De lo social a lo biológico: un cambio de enfoque
Hasta ahora, la caída de la natalidad en los países desarrollados —por debajo del nivel de reemplazo— se ha explicado sobre todo como una elección: prioridades diferentes, inestabilidad económica, cambios culturales. Sin embargo, esta teoría no ha podido demostrar con datos concretos que esos factores sean la causa principal.
Mientras tanto, hay otros fenómenos que no encajan del todo en esa explicación:
• El aumento global de la reproducción asistida, incluso en países con diferentes niveles económicos y culturales.
• El descenso de la calidad del semen, documentado en estudios de múltiples regiones del mundo.
• La falta de grandes estudios poblacionales que combinen datos sociales y biológicos para entender el panorama completo.
Más preguntas que respuestas… pero también más razones para investigar
A veces, la ciencia avanza no porque tenga todas las respuestas, sino porque sabe formular las preguntas correctas. Y aquí, las preguntas son tan importantes como las posibles respuestas:
• ¿Por qué la calidad del semen disminuye en todas las regiones del mundo?
• ¿Podrían influir los químicos que acumulamos en nuestro cuerpo a través de alimentos, aire y objetos de uso diario?
• ¿Por qué en países como Dinamarca más del 10 % de los niños nacen gracias a reproducción asistida y, sin embargo, esta realidad no siempre se refleja en las estadísticas oficiales?
En España, estudios realizados en zonas como Murcia o Barcelona han detectado descensos en concentración, movilidad y morfología espermática normal, así como diferencias notables entre regiones. Aunque no significa que todos los hombres tengan problemas de fertilidad, sí es una señal que merece atención científica.
Infertilidad: un reto que necesita miradas unidas
Los autores de la carta proponen algo que suena lógico pero que rara vez se ha hecho: unir a demógrafos y especialistas en medicina reproductiva para realizar estudios amplios, con muestras representativas de población general, que integren datos biológicos y sociales.
Este esfuerzo no solo ayudaría a entender mejor la situación, sino también a diseñar estrategias preventivas, políticas públicas y recomendaciones clínicas basadas en datos más completos.
Para quien busca embarazo: un mensaje de calma y realismo
Este debate no significa que la concepción natural esté en riesgo inminente ni que quienes buscan un embarazo deban alarmarse. Al contrario: hoy existen herramientas médicas más eficaces que nunca para ayudar a muchas parejas. Pero entender qué está cambiando nos da más posibilidades de cuidar la fertilidad de las generaciones futuras.
La ciencia, al fin y al cabo, es un diálogo vivo: se corrige, se cuestiona, se amplía. Y en este caso, significa no conformarnos con una sola explicación, sino abrir todas las puertas posibles para entender y proteger la capacidad de traer nueva vida al mundo.
La fertilidad no es solo un número en las estadísticas, sino un reflejo de nuestra salud, de nuestro entorno y de las decisiones que tomamos como sociedad. Y la mejor forma de cuidarla es seguir preguntando… y seguir investigando.
Autor
Francisco Carrera
Persona | Experto en Comunicación y Divulgación de la Ciencia (UAM) | Embriólogo Clínico certificado (ASEBIR) | Máster en Biología de la Reproducción Humana (IVIC) | Licenciado en Bioanálisis (UCV).
